domingo, 12 de julio de 2009

Instrucciones para bajar de un combi

Al maestro Cortazar,
sus ojos eran distintos.

Cuando uno se encuentra sentado en una combi, conforme va aumentando la familiaridad de las imágenes a través de las ventanas, aparece una repentina necesidad de bajar. Para satisfacer esta necesidad es requisito, primero, y antes que nada, ponerse de pie. Acto seguido es necesario dar un paso hacia adelante, tratando de usar sólo uno de los dos pies para que el otro se quede atras y se pueda repetir el acto, procurando que cada paso no ocupe el espacio que ocupa el otro y teniendo en cuenta que la secuencia de los pasos debe ser uno después del otro para lograr el efecto requerido de avanzar. Hay que utilizar la visión periférica para darse cuenta, mientras se avanza, del tambaleo del vehículo que por motivos municipales pueden condicionar la armonía de los pasos que se den al momento de lograr el efecto de avanzar.

Al mismo tiempo hay que tener las manos sujetando el pasamanos. Este resultado se logra colocando la palma de la mano sobre el tubo que atraviesa a lo largo de la combi por la parte superior, y procurando que los dedos —menos el pulgar— lo envuelvan ejerciéndole una leve presión, estableciendo un grado de soltura para cuando la visión periférica indique un tambaleo por efecto municipal. La función del pulgar es la de envolver también el tubo, pero por la parte adversa a la que se fijan los demás dedos, esto debido a que la posición de los dedos impide que el dedo pulgar envuelva todo el tubo en la misma dirección, por eso se recomienda aprovechar esta extravagancia de la anatomía para darle una función de cierre y brinde seguridad al agarre del tubo. hay que agregar que las manos deberán estar en constante concordancia con los pies, porque deben cumplir la misma función de avanzar en el mismo espacio de tiempo, para que la parte superior e inferior del cuerpo avance sin separarse una de la otra.

Una vez realizada la sinergia, y se haya logrado avanzar de cuerpo entero, se debe repetir el acto hasta llegar a la altura de la puerta de la combi, que se estima como el lugar más adecuado para bajar. Usando al visión periférica se advierte que se está llegando a la esquina que se desea bajar. para comenzar a bajar, hay que levantar hay que levantar ligeramenre uno de los pies para descender el primer escalón, efecto que se logra con el mismo efecto de avanzar y teniendo en cuenta sólo que esta vez el pie levantado descenderá un poco más abajo, por lo que hay que encargarse de tener flexionada la rodilla para que, ayudado por la gravedad, el pie pueda tocar el escalón inferior. Luego en un acto típicamente circunstancial, o por simple tradición, el cobrador en esa esquina es dónde se desa bajar, a lo que se puede responder con un simple movimiento de cabeza de arriba hacia abajo como afirmación.

Cuando se llega a la esquina, el cobrador ya ha avisado al conductor que se detenga. La puerta se abrirá. Luego tendrá que llevar su manos derecha hacia el pasamanos de bajada, que se ubica casualmente en la parte derecha. Después hay que hacer lo mismo con la mano izquierda, realizando el mismo proceso que con el tubo con el que se avanzó a lo largo de la combi y procurando que la visión periférica calcule el grado de soltura que debe ejercer para evitar efectos municipales, porque es condición impoesta tñacitamente por los cobradores, que se vaya bajando mientras aún no se ha detenido la combi.

Hay que atravesar una pared de mal aliento que aparece cuando el cobrador emite el mensaje al conductor, que a pesar de que puede resultar perjudicial para el sentido del olfato, puede ser de mucha ayuda como indicador de que es el momento de apurarse. Se debe realizar el movimiento de avanzar al mismo tiempo que se flexiona la otra rodilla, se libera una de las manos y se atraviesa la pared de aliento del cobrador. Luego, lo recomendable es poner el pie derecho sobre la acera que debe tener características de suelo estable. Una vez que el pie derecho está en la acera, la responsabilidad del conductor y del cobrador con el pasajero termina, por eso, con la mitad de cuerpo fuera y la mitad del cuerpo dentro, el conductor tiene la libertad de avanzar si así lo estima. Y siempre ejerce su derecho. Al avanzar la combi produce un movimiento en la mitad del cuerpo, que se traslada a la otra mitad y se traduce en una anarquía muscular que, pordigiosamente, no termina en tragedia porque el resultado es una persona —es decir, uno mismo— de pie sobre la acera.

Lo usual es dejarse llevar por este movimiento que produce la combi al avanzar, pero este dejarse avanzar sólo debe durar hasta que la postura del cuerpo sea la de erguida. Luego de esto es necesario retomar las fuerzas que permitan mantenerse de pie para no desvanecerse y poder seguir realizando el movimiento de avanzar, sólo que esta vez los pies deberán prescindir de la ayuda de las manos, que deberán caer libremente, a falta de pasamanos en las calles por motivos municipales.