El Club de los manipuladores

La ráfaga sensorial que en este comercial se proyecta, nubla la posibilidad de todo razonamiento donde un argumento debiera ser capaz de convencer a los consumidores sobre los beneficios de elegir esta cerveza, lo no es congruente con lo que todo mensaje publicitario (persuasivo) debe contener. Las imágenes no muestran otra cosa que la promesa de una borrachera sin medidas y alucinación.

Alucinación por los personajes que se presentan dentro del local donde se realiza el comercial, un guardia vestido de conejito; y sobre todo, las partes donde el personaje principal avanza entre la gente, en una toma hecho con "tubecam", como en la película "Requiem for a dream", que refiere a la turbación mental que provoca beber en exceso. Algo que se contradice con la frase típica de todos los comerciales de cerveza: "Tomar bebidas alcohólicas en exceso es dañino para la salud". Aquí las imágenes donde se bebe en exceso son la norma: la manguera de cerveza y los retos a beber seco y volteado.

Por otro lado, ya hubo problemas antes sobre la cosificación de la mujer en la época de la batalla entre Pilsen y Cristal, no caigamos nuevamente en denigrarla presentándola como objeto sexual. Que ni bien llegues a un local y te caiga un sostén es ilógico además de morboso, y que muñecas inflables te acompañen durante la noche es una forma clara de sexualizar el mensaje. Camisetas mojadas, tabledance, y chicas en bikini (como si las chicas fueran así vestidas a una discoteca), son formas de despistar a los consumidores para nublar su razón y atraparlos por el morbo. Esto se hace cuando no hay ningún beneficio que ofrecer a los consumidores, estemos atentos, aquí hay grandes rasgos de manipulación.

Ah, ya voy a hablar pronto sobre la malísima idea de vender cerveza en envases no retornables, Las calles se vuelven un basurero, pero ese el único problema ya que esto resulta peligroso, porque no olvidemos que una botella puede ser un arma también. Eso más adelante.